"El grado de civilización y cultura de un pueblo se puede medir en las vibraciones e inquietudes de sus hijos por estudiar y conocer su historia"
Tito Sierra Santamaría

sábado, 5 de junio de 2010

SAN JUAN DE LOS MORROS: ENCRUCIJADA DEL CAMINO

Ponencia leída en el Primer Encuentro de Cronistas, Historiadores e Investigadores en el marco de la celebración de los 230 años de la Parroquia Eclesiástica de San Juan de los Morros. Casa de la Cultura Victor Manuel Ovalles. 28 de mayo del 2010

Reinaldo Peña Chacin
Coordinador de Interculturalidad
Municipio Escolar Nº 1
Activador de Misión CulturaMunicipio Juan German Roscio



Los valles del centro del país y las dilatadas llanuras que se ubican al sur del territorio nacional, una meseta de 340 mts de altitud, que le asegura temperatura bonancible; un paraje circundado de serranías, entre las cuales los cerros Pariapan y Santa Rosa cumplen funciones de regulador del clima local, según apreciación de Humbolt, una encrucijada de caminos interioramos, frente a la sin par arquitectura de los Morros, con un río de aguas cristalinas alimentado desde la Guaiquera, la proximidad de los pueblos de San Sebastián de los Reyes, de la Villa de San Luís de Cura y de Santa Catalina de Siena de Parapara, permiten, el surgimiento de una comunidad llamada San Juan.
San Juan de los Morros ha sido ciudad fraguada en el tiempo con características muy particulares, no tuvo fundador. Es un pueblo de formación espontánea, de una ranchería minera en el siglo XVI a una ciudad universitaria en pleno siglo XXI.
Bien lo dijo el Dr. Luís Acosta Rodríguez en el discurso conmemorativo de los dos siglos de la Parroquia Eclesiástica de San Juan de los Morros (cito).
Desde aquellos días, de fines del siglo XVI, cuando el señuelo de un filón aurífero atrajo el interés hacia esta zona, comenzó a existir el pueblo, pues sobre el área de tierras comprendidas entre los Morros, que en lengua indígena llamaban Paurario, hasta el lugar designado como Tucunuma, el gobernador Provincial Diego de Osorio otorgó títulos de propiedad al célebre personaje conquistador Garcí González de Silva, y desde entonces, aparece por primera vez mencionado el río San Juan, la mina San Juan, y todo el lugar aledaño se engloba bajo el nombre genérico de sitio de San Juan. (1).
1) Luís Acosta Rodríguez –Discurso conmemoración Dos Siglos de San Juan de los Morros como Parroquia Eclesiástica – 1980 – Pág. 13.
2) Luís Acosta Rodríguez –Discurso conmemoración Dos Siglos de San Juan de los Morros como Parroquia Eclesiástica – 1980 – Pág. 15 Puede pensarse que el lapso originario de surgimiento de San Juan de los Morros como centro poblado, ha debido ocurrir en la década de 1770 a 1780, cuando a orillas del camino real que pasaba por el lugar, se fueron acumulando las viviendas de humilde estructura, que en forma espontánea, fueron edificando en el sitio todas aquellas gentes de popular extracción, que se sintieron atraídas por las ventajas que el lugar ofrecía para ser habitado. (2).

Aquí en río San Juan, brindaba, entonces la delicia refrescante de sus claras linfas al viajero sitibundo que marchaba a caballo, ardido bajo el sol meridiano; aquí el ganado arreado a pie, desde los remotos confines del llano, de los hatos de Apure y Guárico, “ al paso de la res morosa” como dice el verso de Lazo Marti en la Selva Criolla, sesteaba en sombrío paraje y descansaba del trajín caminero, antes de marchar rumbo a Villa de Cura, donde estaban los potreros de engorde; aquí las caravanas y las recuas de mulas y asnos, que transportaban las cargas de mercancías y frutas del centro rumbo al llano y traían de éste los quesos y los cueros como producto de gran demanda comercial, se detenían en jornadas de descanso, y sus conductores – carreteros y arrieros buscaban posada transitoria, para pernotar al cobijo del alero amparador. Por eso, el paso del río San Juan, se convirtió en sitio grato de parada, en un oasis atrayente y sugestivo, donde se podría dormir sin la molestia del calor agobiante y donde había abundancia de agua corriente para todos los menesteres. Eso dio impulso a la edificación de viviendas con calor de vida, las cuales se esparcieron en pintoresca aglomeración sobre hermosas colinas, para dar fisonomía de sitio poblado de peculiar aspecto al lugar. (1). - (Fin de la cita)
Para el año 1681, Dr. Luís Jiménez de Roxas, quien vivía en un sitio cercano, al lugar que hoy ocupa San Juan de los Morros, en su propia casa rendía culto a una imagen de María Virgen y Madre Misericordiosa, llevando su fervosa devoción hasta alimentar día y noche una pequeña lamparilla de latón con que alumbraba la preciosa imagen y era objeto de frecuentes ofrendas al paso de los viajeros por el lugar.
Por su parte José Antonio de Armas Chitty dice en su libro historia del Estado Guárico. (cito).
En 1.692 los curas de San Sebastián se llevaron, hacia la citada población, la imagen de la Virgen de la caridad, la cual había sido traída desde España por Jiménez de Roxas. (2). - (Fin de la cita)
1) Luís Acosta Rodríguez – Discurso conmemoración Dos Siglos de San Juan de los Morros como Parroquia Eclesiástica – 1980 – Pág. 16.
2) José Antonio de Armas Chitty – Historia del Estado Guárico – Pág. 140-141. Todo eso pudo combinarse, para hacer surgir el caserío de San Juan de los Morros, antes de que ocurriesen, los actos decisivos que la convierten en Parroquia Eclesiástica y le dieran fisonomía y estructura de pueblo.
La visita pastoral del Obispo Mariano Martí, en el lapso de 12 años de 1771 a 1784 a todos los lugares dignos de atención de su extensa jurisdicción episcopal, marca para la Historia de esta urbe, el pórtico auspicioso para su conversión en centro urbano, pues pasa por decisión de tal Obispo, contenida en decreto eclesiástico, de la situación de caserío caminero a la condición de parroquia.
En dos ocasiones este Ilustre Prelado visitó este lugar que seguía llamándose sitio de San Juan, Primero lo hizo, al marchar rumbo a las llanuras apureñas y después al efectuar su regreso de esa zona. En esta última oportunidad, dejo constancia de lo que había podido apreciar en este sitio, al decir, con fecha 16 de mayo de 1780, desde la ciudad de Villa de Cura:
“….”Salimos del pueblo de Parapara a las cinco y cuarto de la mañana y llegamos a las dos y media del día al sitio de San Juan, distante ocho leguas y media…….En este sitio de San Juan, distante de acá (se refiere a Villa de Cura) más de seis leguas, se ha de erigir una Iglesia Parroquial. La Iglesia debe edificarse cerca del río o quebrada de San Juan, como a unas dos cuadras de distancia, en donde hay algunas casas y un buen llano para Iglesia y por allí pasa el Camino Real”…
Monseñor Dr. Rafael Chacín Soto, en su libro “Orígenes de Valle de la Pascua” comenta: (cito).
El contacto periódico de los pastores con sus diocesanos, a través de las visitas, constituía el medio directo y el más eficaz expediente de una toma de conciencia de situaciones, progreso, fallas y necesidades. Pero Martí no limita su acción al campo puramente espiritual y a la administración eclesiástica. Se alarga a lo temporal y puramente humano. Ahonda en el pasado de las comunidades y asientos, investiga posibilidades de desarrollo, levanta censos de población y de producción, organiza recursos.
Sus sandalias peregrinas dejan huellas de ininterrumpida siembra de pueblos. (1) – (Fin de la cita).

1) Mons. Rafael Chacin Soto – Orígenes de Valle de la Pascua – Pag. 59.
A los ocho días de haber estampado estas referencias sobre el sitio de San Juan, el Ilustre Prelado, recibió una representación de algunos vecinos provenientes de ese lugar, fechada en Villa de Cura, el 24 de mayo de 1780, en la cual solicitaban la creación de la nueva parroquia y ofrecieron contribuir a sostenerla.
Las peticiones solicitan al Obispo, que se ponga aquí un pueblo, con su cura capellán, para la asistencia espiritual de los moradores del vecindario, y el Prelado, que ya pensaba en lo mismo, al dictar en Villa de Cura el siguiente decreto:
“Decreto. Santa visita de esta Villa de San Luís de Cura, 26 de mayo de 1780 años. Habiendo reconocido en la presente visita la distancia que hay desde el pueblo de Parapara hasta esta Villa de San Luís, que es curato colindante, y la que media hacia la ciudad de San Sebastián de los Reyes, y pueblo de la Victoria, que son los otros dos curatos de la circunferencia, y considerando el número de personas de ambos sexos que habitan retirados de dicha ciudad de San Sebastián, Villa de Cura y pueblo de Parapara sin que sus respectivos párrocos puedan cómodamente administrarles los sacramentos, y demás pasto espiritual, ni los feligreses acudir al santo sacrificio de la misa, explicación de doctrina cristiana, y otras funciones eclesiásticas; es forzoso erigir otra parroquia, edificándose iglesia en el sitio que llaman de San Juan, que es el paraje más apropósito y proporcionado, estendiéndose esta nueva parroquia hacia el oriente hasta el paso del Guárico, que llaman del medio, y servirá de limite al referido curato de la ciudad de San Sebastián; y por el ponente la quebrada que llaman de Píritu y desde donde esta entra a dicho Guárico corriendo línea recta al sur hasta el alto que llaman del Tiber, que sirva de limite al expresado curato de esta Villa de San Luís de Cura, y por el norte la cerranía del Pao hacia el curato de dicho pueblo de la Victoria y por el sur hasta la Sabaneta nombrada de Lucas, que es la mitad del terreno que hay del pueblo de Parapara al mencionado sitio de San Juan, cuya promediación será el linde divisorio, consistiendo la nueva erección de parroquia en 4 leguas de distinto de oriente a poniente, y 7 de norte a sur poco más ó menos, bajo los limites asignados con todos sus habitantes que al presente existen y se establecieron de nuevo para que reconozcan por su párroco al que se nombrase conforme a las disposiciones canónicas y leyes del real patronato….”
Solo faltaba el complemento que diera validez plena a ese Decreto Diocesano, el cual consistía en obtener la confirmación ó ratificación de la suprema autoridad gubernativa de la Provincia en la esfera civil, conforme al mecanismo del Real Patronato Indiano, por parte del Señor Don Luís de Unzaga y Amezaga, Mariscal de Campo, de los reales ejércitos, Gobernador y Capitán General de la Provincia y Vice-patrono regio de ella, quien al mes justo del decreto del Obispo, desde Caracas, con fecha 26 de junio de 1780, expidió la resolución de eregir nueva Parroquia en el sitio de San Juan.
Con esta decisión del máximo gobernante colonial, culminó el proceso conducente a la creación de la Parroquia de San Juan de los Morros, según lo dispuesto por el Decreto del Obispo Martí.
Doscientos treinta años se cumplen de aquel hecho memorable que fue el punto de partida de San Juan de los Morros como pueblo.
Hoy, San Juan de los Morros, continua su encrucijada del camino, al ver transcurrir el tiempo como una ciudad próspera con todo su esplendor, capital del Estado Guárico y ciudad universitaria por excelencia, que da cobijo a personas de todos los confines de la geografía guariqueña y de otros lares, para disfrutar de sus singulares atractivos, de sus gentes, su cultura y sus creencias, en una marcha ascendente hacia un futuro de ilimitadas perspectivas.


Bibliografía
Acosta Rodríguez – Discurso Conmemoración Dos siglos surgimiento de San Juan de los Morros como Parroquia Eclesiástica.
Armas Chitty, José Antonio – Historia del Estado Guárico.
Chacin Soto, Rafael A. – Orígenes Valle de la Pascua.
Olivo, Enrique S. – Calendario de Fechas y sucesos de San Juan de los Morros.


Imagen tomada de http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Morros_de_San_Juan1.jpg

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