"El grado de civilización y cultura de un pueblo se puede medir en las vibraciones e inquietudes de sus hijos por estudiar y conocer su historia"
Tito Sierra Santamaría

jueves, 22 de abril de 2010

EL CRONISTA EN VENEZUELA

Ponencia presentada por Wilfredo Bolívar, Cronista de Araure y Presidente de la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela (ANCOV) en el Seminario-Foro "Archiveros y Cronistas en el Quehacer Histórico Regional"

Mérida, 21 de febrero del 2002



Etimología y oficio

Cronista, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (1970, p. 380), en una primera acepción etimológica es todo "autor de una crónica o el que tiene por oficio escribirlas"; y en una segunda: "empleo de cronista". En el mismo orden literal, crónica, del griego cronos (tiempo) alude a los "libros en que se refieren los sucesos por orden del tiempo" o "historia en que se observa el orden de los tiempos".

Atenidos al concepto meramente etimológico, la Academia solo parece reducir la labor del cronista al oficio de escribir crónicas, es decir relatar en orden cronológico los sucesos y menudencias de carácter histórico. Es obvio que la Real Academia hable del cronista como empleo del que relata, porque ello retrotrae al carácter y oficio de relator o registrador de sucesos que en tiempos de la conquista y colonización española tuvo en América el encargado por la corona para registrar los acontecimientos desconocidos para el Viejo Mundo. La descripción en dibujos y palabras, de los acontecimientos relevantes o no de la ocupación territorial de un nuevo continente, hasta de las cosas más menudas, marcó sin duda el rango de registrador que tuvo en sus orígenes la misión de los famosos Cronistas de Indias, es decir aquellos empleados del rey que trasladaron, de uno a otro continente, lo nuevo de un mundo desconocido -y en igual medida- lo desconocido de un mundo por conocer.

El "Cronista Oficial"

Según el investigador español Manuel Jofef de Ayala ("Los Cronistas de Indias", Cuadernos ANCOV, N° 1, p. 6) el antecedente más antiguo que se conoce como la ocupación del cargo de Cronista como oficio, reside en la petición que el 18 de agosto de 1532, Gonzalo Fernández de Oviedo hizo al Consejo de Indias para que se le concediese una ayuda económica para recopilar "colecciones y materiales" para ser publicadas al servicio de la crónica del Nuevo Mundo. Así se convirtió Fernández de Oviedo en el "primer cronista oficial de Indias"; honrado en 1533 por Carlos V como "Cronista Mayor de las Indias".

Posteriormente y en orden sucesivo continuaron en la misión de Fernández de Oviedo los primeros Cronistas de Indias: Juan Cristóbal Calvete de la Estrada, Juan López de Velasco, Antonio Herrera, Luis Tribaldos de Toledo, Tomás Tamayo de Vargas, Gil González Dávila, Antonio de León Pinelo, Antonio de Solis, Pedro Fernández de Pulgar y Miguel Herrera de Espeleta. Los estudios históricos han demostrado el aporte de los Cronistas de Indias para la comprensión -aún hoy en día aparentemente lejano de legajos y pergaminos- de lo que todavía seguimos indagando en base al origen de lo que somos como sociedad.

Este carácter oficial del Cronista como "empleo", más que como oficio, dejaría en evidencia, por lo menos en Venezuela, la pertinencia, la necesidad y utilidad que en el tiempo adquirió para el Gobierno Municipal la designación de una especie de historiador local que registrase la pequeña historia de la localidad. Fue entonces la Municipalidad de Caracas, el 15 de enero de 1945, la primera corporación del siglo XX en nombrar por Ordenanza a Enrique Bernardo Núñez como el primer "Cronista Oficial de Ciudad". El desaparecido autor de "Cubagua" y "La Ciudad de los Techos Rojos" nació en Valencia el 20 de mayo de 1895 y murió en Caracas el 1 de octubre de 1964, y en honor a su fecha de nacimiento se celebra en Venezuela el "Día del Cronista".

El ejemplo de este nombramiento lo seguirían las municipalidades de Mérida, San Cristóbal, Valera, Boconó, Trujillo, Maracay, Puerto Cabello, Barquisimeto, Cumaná, Porlamar, San Felipe, Churugurara, San Carlos, Valencia, Maracaibo, Barcelona, Barinas, Petare y Araure. Los cronistas de cada una de estas ciudades, por iniciativa del desaparecido Cronista de Valencia, don Alfonso Marín, se reunieron en esta ciudad entre el 23 y el 25 de marzo de 1968, en la "I Convención de Cronistas", evento que dio origen a la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Ciudades de Venezuela, la cual dictó la llamada "Carta de Valencia".

La "Carta de Valencia", especie de decálogo de principios, marca con extraordinaria vigencia la misión y bases doctrinales del oficio del Cronista dentro la estructura del Gobierno Municipal en Venezuela. Veinte años después, en 1985, la Ley Orgánica de Régimen Municipal (LORM) sancionó por vez primera en la jurisprudencia nacional la obligatoriedad de que cada municipalidad nombrase un Cronista. El artículo 187 de la vigente ley así lo señala: "En cada municipio habrá un cronista, cuyas funciones y requisitos de idoneidad para el ejercicio del cargo se establecerán en la Ordenanza".

De Cronista de Ciudad a Cronista Municipal

El establecimiento de la figura del Cronista en la jurisprudencia venezolana, de alguna manera marcó un cambio en el enfoque de la labor que antes venía desempeñando. De "Cronista Oficial de Ciudad" el historiador local se convirtió en historiador de un municipio, ampliando de alguna manera su radio de acción, y creando, de alguna manera determinadas limitaciones si el ente municipal no asumiese que el éxito de su labor depende en gran medida en las condiciones más favorables a su condición de historiador municipal.

Todavía son muchas las municipalidades que no han dado cumplimiento al artículo 187 de la LORM, nombrando sus cronistas respectivos. En otros casos algunas corporaciones han mal entendido su misión, considerándolo cargo honorífico, con escasos sueldos, o en el peor de los casos con aportes que no dignifican su labor dentro de la estructura municipal.

Por otro lado, la conversión por ley del Cronista de Ciudad en Cronista Municipal ha cambiado la dinámica de su propia misión. Siendo la función del cronista la de investigador y divulgador de la micro historia o historia municipal, el Cronista Municipal ha tenido que ampliar el horizonte y ámbito de sus operaciones. En este sentido, los nuevos estatutos de la Asociación Nacional de Cronistas han permitido, con modelos exitosos en algunas regiones de Venezuela la creación de "Cronistas Parroquiales", quienes han fortalecido la labor del cronista al convertirse en equipos multidisciplinarios que aborden, ya no la sola historia de la ciudad sino de todo un municipio.

El Cronista Oficial del Municipio, ya no se limita solo al mero hecho investigativo documental, hemerográfico y de la tradición oral sino que, se ha visto obligado a convertirse en una especie de asesor municipal en materias que antes no parecían de su competencia, tales como planeamiento urbano, aspectos catastrales, medio ambiente, patrimonio cultural, asesor jurídico ante los departamentos de sindicatura municipal, oficinas de proyectos y otras instancias del gobierno municipal donde el conocimiento del pasado de la urbe es necesario para la Planificación del Municipio.

Desafortunadamente, son muchas las Corporaciones Edilicias y Alcaldías Municipales, que no han correspondido en igual medida, con esta ampliación de funciones de los Cronistas.

Dentro de la estructura del Gobierno Municipal el Cronista Municipal debe ser considerado con rango de dirección, contar con un presupuesto digno a su misión multidisciplinaria, disponer de recursos humanos y financieros para desempeñar sus funciones, espacio físico y asignación de personal ligado a su papel dentro de la vida municipal (asistentes de investigación, fotógrafos, archivistas, referencistas bibliográficos) y personal preparado en la conservación de materiales ligados a la reconstrucción de la historia municipal (hemerografía, archivos verticales con temas de interés local, grabaciones magnetofónicas de testimonios orales y de valor patrimonial y tradicional, videos y sistemas modernos) que le permita acceder y hacer que los ciudadanos convertidos en usuarios de sus resultados tengan igual acceso a la abundante información que de manera instantánea se produce en un mundo de comunicación cambiante. Dicho en otras palabras, la propia dinámica de la labor del cronista en Venezuela, ha dejado de convertirlo en el "hombre que contaba historias", para transformarlo en un "profesional de la reconstrucción histórica" en beneficio del destino de la ciudad y el municipio valiéndose de su conocimiento del pasado de la urbe y de sus hombres.

Perfil del Cronista

Según la ley, la designación del cronista debe estar establecida en la ordenanza. Y es natural que así suceda, puesto que cada municipio posee sus propias realidades, las cuales condicionan o califican el perfil de los cronistas en los diferentes municipios de Venezuela.

De esta disparidad de realidades en las entidades municipales, deviene el perfil del cronista para cada comunidad. Ello explica el requisito de que para ser un cronista, el mismo no deba corresponder exclusivamente a parámetros de formación académica.

Es necesario que cada municipio nombre a su cronista por concurso de credenciales acordes a las realidades de cada municipalidad. Por ello debe quedar claro que el cronista, no necesariamente tenga que ser un historiador egresado con rangos académicos, lo que no significa igualmente que capacitados historiadores no hayan actuado como excelentes cronistas municipales.

Más que un profesional de la historia, los municipios necesitan hombres que tengan interés por la elaboración de la historia de sus pueblos. La experiencia ha demostrado que ser cronista exige, más que una gran "preparación", una inmensa "devoción" por la investigación, divulgación y defensa de la pequeña historia, el patrimonio, la ciudad y el municipio. De allí que los cronistas estén obligados a escribir y defender la historia del municipio (la pequeña historia), y no diluir su labor en repetir los vínculos de sus comunidades con la historiografía oficial (la gran historia). El cronista no debe perder su objetivo de escribir la historia local, más aún la historia municipal.

Lo anteriormente dicho explica la multiplicidad y variedad del perfil del cronista en Venezuela. En la actualidad, en una membresía que alcanza aproximadamente unos 250 cronistas en todo el país, los existe carpinteros, barberos, maestros jubilados, artistas plásticos, autodidactas de la historia, archiveros; así como egresados de las escuelas de historia, doctores en historia, antropólogos, magister y calificados profesionales ligados a las competencias del cronista. Lo que debe quedar claro es que los cronistas no están obligados a ser historiadores propiamente dichos, sino historiógrafos o relatores y registradores del presente, es decir, no perder la esencia de su misión la cual consiste en escribir la verdadera crónica de los hechos del presente. Es necesario recalcar esta afirmación, puesto que suele desdeñarse a veces el carácter autodidacta de muchos cronistas, por el simple hecho de no ser un egresado universitario.

Contrario a lo que pudiera creerse, para ser cronista, la experiencia ha demostrado que es más valida la devoción que la erudición, en defensa de los pueblos, ciudades y municipios.

Los retos de un nuevo Cronista

No obstante las anteriores consideraciones, entendiendo el nuevo papel del Cronista dentro de la estructura municipal, en los últimos diez años la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela (ANCOV) ha emprendido algunas acciones tendentes a la modernización y actualización de la misión y funciones del Cronista. Entre las más importantes destacan:

1.- Publicación del "Libro de los Cronistas de Venezuela", contentivo de la verdadera historia de los municipios, partiendo de un enfoque menos piramidal, es decir la historia contada desde un enfoque particular, enmarcando la micro-historia de la ciudad y el municipio, en confrontación con el enfoque tradicional de la historia oficial. Se ha publicado un primer tomo, y se prepara la publicación de un segundo para completar los 333 municipios de Venezuela.

2.- Creación de la colección "Cuadernos de los Cronistas de Venezuela", en un intento por recopilar materiales ligados a la propia competencia del oficio, para su mejor conocimiento y desempeño de sus funciones. Se han publicado dos números: "Los Cronistas de Indias" y el "Régimen Legal del Cronista.

3.- Firma de convenios inter-institucionales con organismos ligados al interés de comunes competencias. Entre los tres más importantes destacan los suscritos con la Federación de Ateneos de Venezuela, FUNDACOMUN para la elaboración de modelos de "Ordenanzas de Cronistas Municipales",y firma de convenios con el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) para el fortalecimiento de una red nacional "ad honorem" en defensa del patrimonio cultural tangible e intangible del país.

4.- Creación, elaboración y diseño, por convenio con la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), núcleo Carabobo, de un "Curso de Actualización del Cronista". Este curso de extensión, con créditos universitarios aborda materias como paleografía, heráldica, técnicas de investigación, archivo, patrimonio cultural, legislación cultural, dinámicas de grupo, medio ambiente y nuevas tendencias en tecnología informática.

5.- Introducción ante la Asamblea Nacional de una propuesta de actualización de la figura del Cronista en el marco de la nueva Ley Orgánica de Régimen Municipal, que dignifique y valorice en su justa medida como funcionario público, la utilidad del Cronista Municipal para el éxito de la gestión de los gobiernos locales.

Misión y Visión: Permanencia en el tiempo

La validación ante la jurisprudencia venezolana de la figura del "Cronista Oficial" después del nombramiento de Enrique Bernardo Núñez en 1945, ha demostrado por más de medio siglo la utilidad del cronista para la estructura y el mejor funcionamiento del gobierno municipal.

La planificación de la ciudad y el municipio no se puede entender, sin la participación y el concurso del Cronista. El Cronista ha dejado de ser un "contador de historias" para convertirse en un "actor" del destino y futuro de su propio municipio. Modelos exitosos en algunas municipalidades del país, han demostrado que el Cronista puede ser sin duda y ha venido siendo un asesor permanente de las diferentes dependencias y departamento del gobierno municipal. ¿Quién mejor que el Cronista para conocer de tradición documental en los departamentos de Sindicatura y Catastro?, ¿Quién para asesorar en políticas de conservación arquitectónica de bines inmuebles de interés patrimonial?, ¿Quién para generar y propiciar políticas ligadas a la concientización sobre medio ambiente y conservación de monumentos naturales?.

Lejos de la concepción meramente etimológica, el cronista ya no solo escribe la crónica sino que se convierte en protagonista de la propia historia que habrá de escribir. El cronista anuncia y denuncia, recopila y compila, describe los hechos consumados y previene entuertos en el destino de los hombres y la comunidad a la que pertenece.

De esta magnitud de funciones deriva la tradición del considerar al cronista con carácter vitalicio, catalogación que entraría en riña con el derecho de jubilación que como funcionario público merece el cronista, después de haber dado toda una vida a un pueblo, ciudad o municipio. Más ajustado al beneficio de las municipalidades, el concepto de "vitalicio" ha venido transformándose por el de un cargo de carácter "permanente". ¿Por qué?. Porque la función y misión del cronista, por su carácter de investigador de una secuencias de sucesos históricos y presentes se circunscribe a una labor de continuidad en el tiempo. De ello deriva en la anomalía en la que la que han incurrido algunas y muy escasas municipalidades al destituir al cronista. El cargo de un Cronista no es, no debe ser, un "cargo de confianza" de una administración en particular, que pueda ser removido cada tres años. Por el contrario, el cargo de cronista debe ser un cargo que merezca la confianza y permanencia en el tiempo de la ciudad y los ciudadanos a quienes se debe. La inamovilidad de un cronista solo podría justificarse al incumplimiento o faltas a su misión como "historiador" de su entidad. No conviene, por tanto, que los cronistas sean destituidos, porque ello rompería con su labor de seguimiento y pesquisa de la investigación de la historia municipal, tarea no menos ardua para un solo hombre en un pais con antecedentes antropológicos que alcanzan los 16.000 años.

Texto tomado de http://www.wilfredobolivar.com/phpj/ponencias/8-ponencias/57-el-cronista-en-venezuela

viernes, 9 de abril de 2010

EL HÉROE EPÓNIMO DEL MUNICIPIO INFANTE


Manuel Soto Arbeláez

Desde 1866 en adelante, a la suma de las áreas territoriales de las actuales parroquias de Chaguaramas, Espino, Cabruta, Santa Rita de Manapire, Las Mercedes y Valle de la Pascua, se les dio el nombre de Distrito Infante, siendo su epónimo el coronel venezolano Leonardo Infante Alvarez, hijo legítimo de los negros libres Juan de la Cruz Infante y Sebastiana Alvarez, quienes a esfuerzo propio en su debido tiempo, compraron la manumisión de sus progenitores y llenos de hijos, también libres, aseguraban que “Los niños son la única riqueza de los pobres”. Cuidadores de hatos ajenos y conuqueros de oficio, criaron a Leonardo, futuro héroe de la Patria, en las faenas del llano. Ya de adolescente este muchacho era un “Hombrón” que conocía todos los secretos del criador de caballos, siendo a la vez un consumado jinete, habilidad que unida a su gran fortaleza física le convertirían, a partir de 1813, con sólo 15 años de edad, en una de las primeras lanzas de la naciente revolución republicana, y en uno de los más violentos y sanguinarios ejecutores de la “Guerra a muerte” bolivariana. Paul Verna, historiador haitiano y su mejor biógrafo, asienta que en 1814, después de la derrota de Maturín, Leonardo Infante “Se convirtió en fiera, para luchar contra las fieras”. Su enceguecido ímpetu lo hizo héroe, pero también lo llevó al cadalso, como veremos.


Pero, ¿Quién era este hombre? ¿Por qué un extenso territorio del antiguo Alto llano de Caracas, lleva su nombre? Como hemos anotado, el personaje aparece por primera vez en la eponimía guariqueña en 1866, cuando la “Junta Constituyente Nacional”, crea en el Estado Guárico los distritos Jiménez, Bermúdez, Arismendi, Cedeño e Infante. En 1872 los distritos cambian a Departamentos, con Infante capital Chaguaramas y los distritos (parroquias) Valle de la Pascua, Espino, Iguana, Cabruta y Santa Rita. En 1881 Valle de la Pascua pasa a ser cabecera del Departamento y Chaguaramas es degradada a parroquia. Pero existía entre la gente de la región la duda si el nombre del Distrito, o Departamento, se refería al general Julián Infante Mejías, o al coronel Leonardo Infante Álvarez. En 1901 se aclaró que se trataba de este último, de quien se aseguraba ser nativo de Chaguaramas y hermano, o primo, del anterior. En reseñas de finales del siglo XIX y principios del XX, escritores y periodistas de esta parte del Llano sustentaban ese error histórico. Entre ellos los vallepascuenses Dr. Miguel Lorenzo Ron Pedrique y don Gerónimo Escobar Ramírez. Todavía en 1933 el escritor tucupidense don Lorenzo Antonio Zaraza continuaba en esa prédica. En realidad Leonardo nació en la aldea Chaguaramal, al Noroeste de Maturín, el 28 de Junio de 1798, como lo señala él mismo en carta enviada al Comandante Militar de Bogotá el 29/11/ 1823.


Los dos Infante fueron compañeros de luchas en estos llanos, con Leonardo de subalterno de Julián. En una historia novelada sobre el primero dice Jorge Rodríguez Pérez: “En el Alto llano de Caracas estos homónimos se emparentaron, el primero (Leonardo) negro y llanero violento, el segundo (Julián) blanco y culto....”. La verdad es que Julián no fue ni lo uno ni lo otro. El maturinés fue hombre de la entera confianza de los generales Páez y Monagas, bajo cuyos comandos sirvió en su tiempo. También lo fue posteriormente de los generales Bolívar, Anzoátegui y Soublette en la famosa marcha del Casanare a Cundinamarca, a través de los Andes, cubriéndose de glorias en los combates de Gámeza, Pantano de Vargas y en el Puente de Boyacá.

El de Chaguaramas, por su parte, se granjeó la enemistad de Páez, que le expulsó del país en 1829 y de José Tadeo Monagas en 1830. Cuando ese año a Monagas se lo propusieron como jefe de un ejército para ir contra Páez, éste dijo “Si le damos al general Julián Infante esa potestad y esa fuerza, podremos decir adiós a la gente blanca, adiós a la Sociedad...”, implicando que el chaguaramero era un resentido social. Esto nos indica que si Páez y Monagas coparon la escena política y militar, casi ininterrumpidamente de 1821 a 1868, es decir durante 47 años, es dable pensar que al presentarse la oportunidad de rendir tributo eponímico de asignación del nombre del Distrito o Departamento del alto llano, debido a esa omnipresencia de los ex presidentes, o de sus correligionarios aún influyentes en el Gobierno o en el Congreso Nacional, se haya escogido al coronel Leonardo Infante Alvarez, el maturinés, por encima del chaguaramero general Julián Infante Mejías para honrar con su nombre al pedazo de tierra al oriente del Guárico. Además, Leonardo fue portaestandarte de un principio mundialmente aceptado que reza: “Toda revolución se traga a sus propios hijos, convirtiéndolos en mártires”; mientras que Julián murió pobre, viejo y abandonado, con locura senil que le hacía tirar lanzazos a su propia sombra, confundiéndola con Páez, a quien consideró siempre su enemigo declarado. Leonardo hizo historia como mártir, víctima del odio que le tuvo el general Santander, su victimario tras bambalinas, y Julián se perdió en la bruma del olvido en estos terronales guariqueños, maldiciendo a Páez y a los Monagas....... Manuel Soto Arbeláez, E-Mail: manuelsotoarbelaez@yahoo.com Los libros El Guárico Oriental 1, 2 y 3 en Librería La Llanera, calle Guásco frente a la plaza Bolívar, Valle de la Pascua


(Los dibujos a plumilla que ilustran esta nota tienen como motivo al Coronel Leonardo Infante, fueron realizados, a petición del autor, por el artista Cecilio Peña Longa)

Crónicas sanjuaneras de ayer y hoy

JOSÉ ANTONIO ACEVEDO " CHIPILÓN " EXTRAORDINARIO PERSONAJE DEL SAN JUAN DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX


Carmen Sierra


Nació en Caracas en el año 1914. Se residenció en San Juan en el año 1945, llegó junto con Ignacio Contreras por un llamado que les realizó el Sr. Valentin Requena, primer panadero de nuestro pueblo y dueño de la panadería - sin nombre - ubicada en la esquina del Valera. Un viejo caserón con gran portón de entrada y unos arboles de mamones pequeños sembrados en el frente, donde se amarraban las bestias. Estos personajes llegaron de la capital debido a que Valentin había ampliado la capacidad de panadería del pueblo viejo de San Juan. Luego se separaron, el Sr. Contreras monto su panadería donde todavía habita su familia calle Mellado cruce con Paez, la casita de esquina donde imprimen gorras. Acevedo e Ignacio, eran dos panaderos famosos e importados, que llegan a San Juan por la carencia de mano de obra especializada. Cuando fallece Valentin Requena, la panadería la mudaron cerca del Charro Negro muy cerca de Los Corrales. Después se ubico en la esquina de la calle Bermudez cruce con Mellado.

Chipilon fue un hombre entusiasta, con una aptitud frente a la vida, de mucho amor , desprendido de lo material, su mundo estuvo centrado en los gallos ( los criaba, y los preparaba para las peleas). Fue fundador de una finca en el Castrero donde sembró muchas plantas de Aguacate.

Argenis Ranuarez Cronista Oficial de nuestro municipio le decía:

Chipilón - tu eres una Carcajada con dos patas, que camina.

Inauguro su panadería donde estuvo Mateo Zambrano bajando la calle de la Escuela República del Brasil, se llamaba "Los Almendrones " ya que frente de la casa se encontraban plantadas dos maticas de almendrones.. Una vez demolida la casa vieja, construyeron un pequeño edificio, del cual Chipilon alquilo la planta baja y puso a funcionar su panadería. Su especialidad era la Catalina, preparaba también cortao, pavo relleno, y todo lo que pertenece a la dulcería y a la gastronomía criolla.

En el mes de Diciembre del año 1983 organizo junto a su dinastía la Miniferia del Dulce Criollo donde se dieron cita el presidente honorario Sr. Par minio Gonzalez (+ ) profesionales, periodistas, locutoras como Carmencita Carrero, músicos, obreros, poetas, cantantes,educadores y personajes populares. Acto publico en plena calle, donde fueron condecorados Ventura, el chichero de la Plaza Bolívar, Domingo, el policía tradicional, el último carretero, Don Antonio Romero, el Carpintero- torero Anibal Perez, el panadero mas viejo de San Juan Ignacio Contreras, a Porfirio Melo autor de la Obra San Juan de los Recuerdos, Providencia Bolívar considerada Reina de las empanadas de San Juan, Raúl Bolívar docente y gran veterano de la música popular, la Agrupacion Musical " Piedra y Pilón" y el grupo gaitero de Fundaculgua que fueron los que se encargaron de darle entusiasmo a este hermoso rescate de tradiciones.

Se corono aquí a la señorita Milagros Camaripano como Reina de las Mini ferias. Se encontraron en dicho acto también personalidades como Félix Manuel Belisario hijo ilustre de Parapara, Perucho Seijas, Argenis Ranuarez , Gustavo Ziegler, entre otros. Muchas personalidades ligadas a nuestro entorno que no vacilaron en aportar su granito de arena y todo su apoyo para que se llevara a cabo esta impresionante feria por el rescate de nuestras costumbres..

Cabe recordar que en dicho acto José Antonio Acevedo " Chipilon " recibió la condecoración Orden General "Joaquín Crespo" , que le había sido conferida en Parapara pocos días antes. La imposición de la medalla estuvo a cargo del Cronista de la población de Parapara Don Félix Manuel Belisario ( + ) .

El 05 de Enero del año 1997 durmió en la paz del señor nuestro amigo Chipilon en un fatal accidente automovilístico.

No fue un adiós, sino un hasta luego, es por ello que aun continua y continuará vivo en nuestras crónicas Sanjuaneras.

viernes, 2 de abril de 2010

CRÓNICAS SANJUANERAS DE AYER Y HOY: Recuerdos de Don Tito Sierra Santamaría

Carmen Emperatriz Sierra Viloria



Tito Fortunato Sierra Santamaría nació en la aldea de Bramón jurisdicción Rubio Municipio Junin del estado Tachira, el día 23 de Diciembre del año 1897. A los 21 años de edad se rebelo contra la tiranía del General Eustoquio Gómez, dirigiéndose al campamento de Arevalo Cedeño en Palital, Cravo Norte y allí comenzo su lucha contra el Gomecismo. En la batalla de Guasdualito librada en Julio del año 1921 cayó gravemente herido, pero de allí logro escapar de nuevo a Colombia , dedicándose a escribir fuertemente contra el Gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez. Fue testigo del fusilamiento del Coronel Tomas Funes en Atabapo. En 1935 lo sorprende la muerte del General Juan Vicente Gómez y decide retornar al país. En 1936 cuando Arevalo Cedeño, su antiguo jefe fue designado Gobernador del Guarico, se desplaza hacia San Juan de los Morros. Don Tito Sierra fue mi abuelo por vía paterna, los recuerdos que me quedaron de el fueron muy vagos, mis padres siempre inculcaron que me quiso mucho, por ser su primera nieta. Fue un hombre de mucha significación, y con muchas amistades en el circulo periodístico y literario: Blas Loreto, Parminio González A, Bandres, Oldman Botello, entre otros. Conoció muchísimo a Roberto Vargas, al Dr. José Francisco Torrealba, y al señor Arquímedes Araujo.


Fue corresponsal de la Agencia Noticiosa PEVE del poeta Aquiles Certad entre los años 1941-1944. Era el responsable de la dirección del dispensario de Sabana Grande de Orituco municipio Soublette, y luego del de San José de Guaribe de donde fue destituido por el ciudadano Ministro de Sanidad , porque publico a través de la PEVE y en los diarios de la capital las propiedades antipalúdicas de la raíz del Cundiamor. Publico el folleto El Arte de Inyectar, el objeto del manual era dar a conocer la técnica mas aconsejada en lo que respectaba al arte de poner inyecciones por vía hipodérmica, intramuscular e intravenosa. Fue fundador y miembro activo de la A. V. P. en el estado Guarico desde el 23 de Julio del año 1958 gracias al esfuerzo periodístico de Parminio González Arzola. Amigo personal del Dr. Rafael Caldera, del Sr. Pedro del Corral y de otros altos dirigentes, en cuyo partido siempre milito. Miembro Fundador de la Casa de la Cultura Víctor Manuel Ovalles de San Juan de los Morros. Escribió Crónicas Políticas, Sociales e Históricas en los diarios El Heraldo, La Esfera , El Gráfico, en el Universal, Carabobeño, en el Imparcial, el Siglo, entre otros.


Colaborador Asiduo de todos los periódicos locales que se editaban en el Guarico. Se destaco como director de Prensa y Relaciones , del Gobierno del estado Guarico.. Escribió infinidad de Poemas. Coordinador y Editor de la Gaceta Oficial del estado Guarico, cargo que desempeño desde el 1 de Marzo del año 1959. En el año 1962 publico Fundación de San Juan de los Morros. Gano premios de Periodismo. Publico también Sitios Históricos del Estado Guarico. Miembro Activo del Centro Bolivariano de esta ciudad y Coofundador del Partido Social Cristiano COPEI. Don Tito Murió el 15 de Marzo del año 1977 en esta ciudad a consecuencia de un Infarto.