"El grado de civilización y cultura de un pueblo se puede medir en las vibraciones e inquietudes de sus hijos por estudiar y conocer su historia"
Tito Sierra Santamaría

viernes, 24 de septiembre de 2010

RUINAS DE UNA IGLESIA EN MACAIRA

Carlos A. López Garcés
Cronista de Altagracia de Orituco
Distrito Monagas del Estado Guárico

Ruinas de una iglesia en Macaira. (Foto: C.L.G./1991)

La Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, mediante resolución emitida en Caracas el 28 de julio de 1960 y publicada en la página 2 de la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 26.320, de fecha 2 de agosto de ese mismo año, declaró Monumento Histórico Nacional a todas las iglesias y capillas antiguas que había en el territorio nacional, terminadas o no y ya existentes para el año 1830, cuando fue constituida la república venezolana.


Sólo dos iglesias quedaron sujetas a esa declaración en el otrora distrito Monagas (hoy municipio José Tadeo Monagas) del estado Guárico. Una fue la iglesia San Francisco Javier en Lezama; la otra fue la del Arcángel San Rafael en San Rafael de Orituco. Ambas datan del siglo XVIII.

Las ruinas de una iglesia ubicada en frente de la plaza Bolívar de San Francisco de Macaira, en el cruce de las calles Urdaneta y Sebastián Rodríguez, no fueron ni podían ser amparadas por aquella medida porque su construcción aún no había comenzado en 1830. Al parecer, la edificación de ese templo la empezaron a mediados del siglo XIX, gracias a la recolección de colaboraciones y luego que los iniciadores del pueblo consolidaron la vecindad. Sin embargo, los trabajos debieron suspenderlos por falta de recursos para continuarlos, aunque después hubo nuevas colectas de dinero que sirvieron para proseguir la obra hasta construirle las paredes, incluida la del frontis, pero nunca concluyeron el edificio. Así, inconclusa, estaba todavía en las primeras décadas del siglo XX, cuando ya sus paredes presentaban daños muy severos por la acción de la naturaleza. Habría sido un templo de treinta metros de largo y doce metros de ancho, aproximadamente, con paredes de tapia y rafa, sostenidas por contrafuertes grandes.

La imposibilidad de concluir esta “iglesia vieja”, como la llamaba el vulgo, habría influido en la decisión de construir una nueva, más modesta y menos costosa, quizás en la octava década del siglo XIX. Este templo es el mismo de hoy; está ubicado en la calle Sebastián Rodríguez (antes de San Juan), a una cuadra al sur-este de la plaza Bolívar.

No obstante y a pesar de no estar amparadas por aquella declaración de trascendencia nacional de 1960, es oportuno afirmar que las ruinas de esa “iglesia vieja” deben ser consideradas de hecho un monumento patrimonial de Macaira, que debe conservarse como muestra de la evolución histórica de esta localidad, la cual se formó por generación espontánea en terrenos de Altagracia de Orituco, en la primera mitad del siglo XIX.

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